Los supervisores

lunes, 29 de noviembre de 2010

26

¡FELIZ CUMPLEAÑOS A MI!
Estoy en Tucumán y lo empecé tomando birras con mis viejas amigas matándonos de risa sobre los viejos tiempos... ¡estoy chocha!
Hoy escriban ustedes y dórenme la píldora un poco, vamos, sean buenitos, es sólo una vez al año que uno tiene su año nuevo personal...

jueves, 25 de noviembre de 2010

Tucumán mi-cumán

El lunes es mi cumple y lo voy a pasar en Tucumán. Hace cuatro cumples que no lo paso allá, así que estoy contenta, me encanta que mis amigos se estén peleando acerca de dónde voy a dormir, a quién voy a ver primero, a dónde vamos a salir... me hace sentir tan bien que después de tantos años fuera me sigan queriendo y extrañando como yo a ellos. Y será una gran fiesta gran porque tengo sobrados motivos para celebrar: volver a la ciudad donde conocí la libertad y las responsabilidades de la vida universitaria lejos de casa, ver a toda esa gente que me ayudó en momentos difíciles, que compartió alegrías y lágrimas, exámenes y noches en vela, recordar anécdotas de noches/tardes/días locos y no tanto, además de festejar que es mi cumple, que el sábado curso mi última materia de la licenciatura, que hace dos meses (casi tres) que me recibí del todo y brindar por cuanta novedad me vaya a encontrar allá. Este es un post meramente informativo de mi chochera, sepan disculpara la falta de desarrollo temático, simplemente estoy feliz y quería hacerlo saber.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Playlists

Como tantas otras minitas, tengo mi set de canciones que conforman la lista de "música triste para sentirse peor".  Son la clase de temas que una se pone a escuchar cuando corta con un novio, se pelea con el jefe/madre (que a la sazón, son lo mismo), está hormonal, se le muere el hamster, etc. Pero lo mio tiene larga data. Ayer, como buen topo autista que soy, me quedé en casa, y buscando canciones "emotivas", caí en la cuenta de que mi maña masoquista musical viene desde mi más tierna infancia. Siendo hija única, con una madre que viajaba mucho y una padre que vivía lejos, no me faltaba oportunidad para presentarme una realidad novelera a mis tiernos oídos de niña quien, supuestamente, tenía el "corazón con aujeritos". Entonces ponía los discos (sí, discos, esas cosas negras que se rayaban de nada y se rompían fácil) de Promúsica del Rosario y Ruidos y ruiditos, y me daba cuerda a los lagrimales con Romance la de Cigüeña (La cigueña está muy triste, la cigüeña está llorando, ¿por qué llora la cigüeña? ¿por qué siempre está llorando?), Romance del enamorado y la muerte (un sueño soñaba anoche, soñito del alma mía...) y Tres hojitas madre, que si bien no es muy dramática, tiene una melodía bastante bajonera y cumplía con mi objetivo. Pasaron los años y estas canciones dejaron de surtir efecto, y fueron reemplazadas por otras. Más allá de la típica selección femenina de éxitos y clásicos de los 80 y 90, mis preferencias masoquistas son un poco particulares. No les voy a decir que me haga lagrimear la propaganda de Marolio, pero sí lloro con Phoenix from the Flames de Robbie Williams,  Trying your Luck de Strokes, Fly Away fron Here y Dream On de Aerosmith, Innuendo de Queen, y, por supuesto, Paranoid Android de Radiohead, el cual agradezco no haber tenido oportunidad de oír en vivo porque me hubiesen retirado del estadio en camilla con un grave cuadro de deshidratación, sobre todo porque es el tema moqueante de cabecera de más de uno. No son exclusivos, ojo, cualquier tema lo puede hacerte cabecear y lagrimear si lo escuchás en el momento justo en el cual tu fibra sensible está dispuesta a hacerte tambalear. ¿Y ustedes? ¿Cuáles son los temas que los hacen pretender que les entró una basurita en el ojo?


sábado, 20 de noviembre de 2010

Pichada y argel

En mi provincia, cuando alguien es mala onda, no quiere saber nada con nada o nadie, responde mal, se encierra en su casa y no responde a estímulos (salidas, visitas, invitaciones, etc) se dice que es un pichado y un argel. Bueno, yo soy una de esos elementos. Mis amig@s están hartas de invitarme a salir, a comer, a pasear, a ir al super, a lo que sea, porque siempre tengo algo para hacer que es más importante, más urgente, o más serio. Y como son mis amig@s y, supuestamente, me conocen, saben que la mayoría de las veces todo lo que diga son excusas. Saben que, si me invitan a salir un sábado a la noche y yo digo que tengo que trabajar/estudiar/lavar la ropa/levantarme temprano, cuando vuelvan de la joda me van a encontrar boludeando en facebook, actualizando el blog y, sí o sí, conectada al msn. Sin embargo, yo sigo utilizando estas excusas, porque aunque no quiera reconocerlo abiertamente, NO ME GUSTA SALIR. No me gusta tener que vestirme "de mina", ponerme zapatos incómodos, maquillarme, y "ponerle onda a la noche" si realmente no quiero hacerlo. Odio ir a bailar y que me pisen, me aplasten, me tiren fernet en la ropa, y tener que bancarme bailar con alguien para hacerle pata a una amiga; hablar a los gritos y que al otro día me zumben los oídos. Me rompe que tipo cuatro de la mañana estén todas desaparecidas, apretando en un rincón, y yo parada, sola y con cara de culo, porque estoy convencida de que al amor de mi vida no lo voy a conocer en un boliche (lo máximo que puedo encontrar es el amor de esa noche, y ya estoy grande para esas taradeces). Y también me jode que si decido volverme temprano (tres de la mañana) me vuelvan a decir que soy una "pichada argel" y se enojen conmigo.
¿Está tan mal que me guste estar en mi casa? ¿Es muy decadente quedarme tomando whisky con guaraná mientras leo y escucho algún disco que me guste? ¿Rompo algún mandato generacional o divino al no elegir salir a caretear la noche y a comerme al mundo?
Los típicos mensajes de texto que me mandan dicen algo así como: "Intentá por una vez decir que sí". O los llamados, hartos de negativas se resumen en: "vos siempre decís lo mismo, siempre las mismas excusas. ¡Salí por una vez en tu vida! Siempre preferís quedarte en tu casa, deprimiéndote y pensando demasiado".
Yo sé que en parte tienen razón, pero creo que lo que no saben es que a mi me gusta ser así. O al menos eso creo...

sábado, 13 de noviembre de 2010

La ALTA

Esto es un refrito de uno de mis tantos blogs abandonados. Lo vuelvo a poner acá porque describe perfectamente lo que es vivir en un envase XL. 



Siempre fui la última de la fila, La ALTA del curso, la escuela, el campamento, etc. Y lo escribo con mayúsculas porque ser La ALTA es un tema. Porque no es que soy alta común, a secas, así, sin artículo (o sea, 1,70 y piquito), sino que soy La ALTA, con todo el poder que le otorga a la palabra el uso de esa partícula odiosa. A la tierna edad de trece años pasé la barrera del 1,80, lo cual me vuelve una especie de "prodigio" (siendo amable) o "fenómeno" (no siéndolo). Y como ya dije antes, soy una suerte de "enlistadora serial", de modo que aquí están los motivos por los cuales ser La ALTA es una piedra en el zapato:

1-Las preguntas de desconocidos acerca de cuanto mido: ¿A la gente gorda se le pregunta así de buenas a primeras cuánto pesa? ¿A los narigones cuánto mide su nariz? Y a los normales, ¿se les pregunta por su altura? Más allá de que lo hagan con cara de admiración, es muy molesto tener que responderle a cuanta persona que uno se cruza en la vida acerca de la naturaleza de sus metros y centímetros. Y dentro de esto también entran aquellos a los que una vez que les contestás, te discuten: "Nada que ver, vos medís más que eso. Si yo mido __ y vos sos más alta q yo". Querido (porque por lo general son hombres los discutidores), sé cuanto mido, estoy segura porque tengo una balanza de médico en casa que tiene metro, así que si vos te mentís para sentirte mejor, no me transfieras tu automentira.

2-Los chistes berretas: "¿Hace frío allá arriba?", "¿Qué comés nena?", "A vos te dieron jugo de tacuara/sopa de vitosán/té de álamo", "Sos igual a Largo", etc. BASTA, por piedad, ¡basta! Si tu imaginación no llega más allá de los lugares comunes, te pido, te imploro, te suplico que te abstengas de dirigirme la palabra. Hace muchos años que escucho lo mismo, un poco de originalidad no mata a nadie y el uso de la mente ayuda a prevenir el Alzheimer.

3-Las actividades deportivas: la gente asume de manera automática que ser portador de piernas largas te dota para ser jugador de básquet, vóley o para ser modelo. Y si no haces ninguna de esas cosas te dicen que es un desperdicio. A ver, nunca en la vida fui buena para hacer deportes, siempre me golpeaba y me caía y perdía las pelotas, de modo que dichas actividades no son santo de mi devoción. Y en cuanto al modelaje, todas las nenas sueñan con salir en las revistas y yo también lo hice, pero no se me dio. De modo que vivan con la idea de que tener patas largas no te abre camino para ser nada de lo que la imaginación les dé a pensar.

4-Los Altos son pataduras: si bien no me imagino a Manu Ginóbili con tutú, tampoco quiere decir que los altos bailen mal. Si bien la coordinación de los miembros es un poco más "delicada" (muchos de nosotros somos torpes y nos llevamos cosas por delante), eso no indica que una vez practicada una disciplina, una no llegue a dominar bastante sus técnicas, ya sea que esto se transfiera o no a la vida cotidiana. De modo que a la profesora de danza clásica que a los doce me dijo que dejara la academia porque era demasiado larga y gorda para ser bailarina, le digo GRACIAS: debido a esto me metí en danza árabe y la paso regio sin tanto rodete ni dietas ni un carajo. Los Altos no somos personas discapacitadas, somos mejores, porque te rebajamos desde arriba, maldito tapper infecto.

5-Tener que agacharme para saludar u oír: siendo honesta, cansa. Vivo agachándome y no es de gusto, lo hago porque no oigo a la gente hablar, y también detesto tener que doblarme como un junco para poder saludarte. O hablás para arriba o te estirás y me das un beso, si no, hablale al helecho. No quiero joderme la cintura.

6-Los tipos inferiores: cuando era más chica y me gustaba alguien, una constante era que no me daban bola porque el que yo fuese más alta les daba vergüenza. Y yo andaba llorando por los rincones, intentando encogerme, deseando que la chiquitolina existiese. No sé por qué pasa esto, se sienten intimidados o disminuidos. Es sabido que el ego masculino es un tanto delicado, por no caer en la inferioridad de los hombres estúpidos. Me ha pasado de salir a bailar y que me saquen, pero en cuanto me paro, el pibe se asusta y se va. ¿¡¿¡¿¡CUÁL ES SU PROBLEMA!?!?!?

7-El novio de La ALTA: otro pensamiento generalizado es que los altos van con los altos y los chiquitos van con quien guste mandar. O que el hombre tiene que ser más alto que la mujer.  Lo primero que me solían preguntar cuando decía estar de novia era "¿Y cuánto mide?" o "¿Es como vos?" o "Supongo que también es alto". No doña Rosa, por lo general, le saco  un par de centímetros a mis festejantes, y si fuera tan estúpida como para fijarme en el rodado de aquella persona que me interesa merecería estar soltera. Y también jode que miren con cara de chiste o que se rían cuando camino con algún candidato. Yo no me río de tu cara de gansa o de que a tu novio le falte culo y le sobre panza, de modo que abstenete.

8-Los tacos: ante tanta pavada, he renunciado a ellos. No por lo que me dicen, sino porque odio tener que bancarme los comentarios, y para ahorrarme eso me he sumergido en el mar de la "in-elegancia" a la hora de las fiestas finas o de gala. Ahora, que las minas bajas usen chatitas es otra cosa que me saca, más allá de que apelen a la comodidad, los tacos solían ser un nivelador, al boliche, por ejemplo, iba tranquila porque sabía que mis amigas y el resto de las mujeres iban a ir con tacos, lo cual propiciaba que yo me sienta más cómoda y no tuviese que agacharme. Pero ahora que se puso de moda andar con taco bajo, no hay escapatoria. Ya nunca tendré esos momentos de tranquilidad.

9-Que tenés carácter fuerte: en mi caso si es cierto, soy bastante cabrona, pero no se debe a mi altura, sino a que me saca que la gente me rompa las pelotas. Ahora, también existen los altos tímidos, y no necesariamente de gusto. Muchos están traumados por años de comentarios estúpidos, como las cosas a nombré antes. A mí me ha pasado no conseguir laburos por ser "demasiado alta". Ahora, ¿hay una norma ISO que indique la altura que debe tener una moza o una vendedora de boutique? ¿Es verdad que la gente se asusta? No soy Freddy, basta con la pavada. Y tampoco es cierto que nos encante llamar la atención. Viene con nosotros, es una cagada, y la mayoría no lo disfruta.

10-Lo que haría el resto si tuviera mi altura y que "es re lindo": NO, NO ES RE LINDO. Por comentarios y cosas como las que nombré antes, ser alto o ALTÍSIMO es una molestia, un calvario, una joda. Y si tuvieran mi altura estarían igual de hartos o hartas que yo, porque les dirían las mismas cosas, y los mirarían de la misma forma que me miran a mí, y les haría sentir que son diferentes y que son raros o toscos todo el tiempo.

Como sea, a mí mi altura no me molesta. Lo que me molesta es la gente. La gente que trauma a otra gente porque no da con el estándar de la sociedad  "de los normales crotos", ya sea por usar lentes, tener aparatos, kilos de más o dientes chuecos.



He dicho

viernes, 12 de noviembre de 2010

Max J. Pound dice

Hace trece años entré por primera vez a un chat, y he tenido muchos cyber amigos desde entonces. Uno de los más antiguos es Max (aunque su nombre sea diferente, lo resguardo por motivos que conozco bien). Luego de diez años de relación virtual, y dos encuentros en vivo que terminaron de manera bastante penosa, sellamos un acuerdo tácito de prometer vernos nuevamente sin llegar a concretarlo jamás por el bien de nuestras charlas esporádicas y del cariño .com.
Siendo ingeniero, viajante y un hombre sensible de Flores, nuestras charlas se dan en términos de "usted". Nada mejor que dolinizar con este individuo quien me ha convencido de que "ojitos claros suman puntos".
Transcribo a continuación un extracto de una conversación acaecida el día de hoy.


Mariana a secas dice:
se ha enamorado así de sopetón alguna vez?
Max J. Pound dice:
 sí, pero me guardo el final para otro momento
Mariana a secas dice:
 por?
 supongo que no fue a lo hollywood o no estaríamos hablando de esto
Max J. Pound dice:
 jaja a lo hollywood no
 siempre termina en casamiento!!
Mariana a secas dice:
 jajaja  y qué tiene de malo eso?
 Perdone, pero del sueño Susanita no safa nadie, ni siquiera usted amigo y lo sabe. En algún momento, aunque sea un segundo, seguramente imaginó campanas, vestidos blancos y bailar como Fred Astaire a la luz de la luna...
Max J. Pound dice:
 no sé que decirle. mi sueño era más ser el 10 de san lorenzo o una estrella de rock. pero bueno juego a la play y toco un poco el piano de todas formas...
Mariana a secas dice:
 yo no digo que sea EL sueño de mi vida, mi sueño es tener mi editorial,  pero el amor siempre trae esas ensoñaciones... te guste o no.


No sé ustedes, pero yo creo firmemente en mis dichos. Nadie, por más huraño, solitario, gruñón o amargo que sea, está exento de tener un momento Susanita. Y el que diga lo contrario, que se siente a esperar, y cuando llegue, entra acá y me cuenta.

Otra vuelta de tuerca

Buenas. Tengo novedades: no estoy más a dieta. Jé. Decidí dejarme de joder: me siento bien, conforme y bonita; ya fue suficiente la tontera que me obnubilaba, necesito otra clase de desafío más importante e interesante que cagarme de hambre, peleándome con mi misma a ver si llego a recuperar la silueta de mis diecisiete. El 29 de este mes cumplo 26 años, y es hora de que pase a otra cosa. Así que se viene la restructuración del espacio virtual que albergaba a mis enredos ensaladeros, mis vergonzosos permitidos y puteadas a la balanza. No voy a ponerme a borrar cosas, no da, sería negar el pasado. "Yo era una infeliz"... hay que dejarlo saber, no sea cosa que me olvide. Tampoco me voy a dejar de quejar por sentir que estoy gorda, porque no voy a dejar de ser mujer, sólo voy a dejar de estar a dieta fija. También dejé de fumar, lo cual suma porotos a mi cartón de ser "largavida". Estuve quince días en Buenos Aires, mimada, malcriada, risueña, ilusionada, obnubilada y encantada de la vida, comiendo damascos, helado de Volta, y otras cosas riquísimas, sin sentir culpa alguna y disfrutando cada bocadito. Pero como no hay mal que dure cien años, ni bien tampoco, regrese a mis pagos, pero me dejé el alma allá cosa de ser contrera. Así que ahora estoy en mi casa, haciendo listas interminables nuevamente con ítems que van desde "alquilar el depto" hasta "reventarme los ojos laburando para poder mudarme a Buenos Aires en enero".
Bueno gente, ese es más o menos el panorama, ya no más diario de dieta, de ahora en más este va a ser el blog común y corriente de una mina ídem, sólo que con 1.85 de humanidad. Espero me sigan acompañando.